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jueves, 28 de mayo de 2009

Cuerpo(s).. adueñamientos y pertenencias

En abril del año pasado (2008) me llevaron los pacos, junto a otras 4 personas, para impedir que continuaramos una manifestación por la pildora del día después...

Este escrito surge a partir de la reflexión acerca del cuerpo -de mi corporalidad y de otras- en relación a la situación vivida cuando nos llevaron detenidas. Para contextualizar un poco: hace ya unas semanas se estaba discutiendo en Tribunal Constitucional la permanencia de la T de cobre y la entrega gratuita en consultorios de la píldora del día después. En conjunto con otras personas que también se oponían a la injusta decisión que se veía venir, habíamos estado llevando a cabo acciones callejeras de información y manifestación. El 03 de abril se supo que habían aprobado algunas de esas medidas y nos juntamos con algunas mujeres afuera del Congreso para manifestarnos, luego comenzamos a caminar en dirección a la Plaza Aníbal Pinto. Con algunas chicas íbamos semaforeando con un lienzo para visibilizar lo acontecido. Al llegar a la Aníbal Pinto, quisimos aprovechar la gran contingencia de transeúntes y nos quedamos semaforeando y metiendo bulla cambiando de vereda. Comenzaron a llegar los pacos, trataron de echarnos, pero seguimos ahí, terminando todo en un forcejeo (que comenzó en la vereda) bastante alterado por parte de ellos, con gente oponiéndose, con nosotras intentando resistirnos a que nos subieran a la yuta y furgón que tenían dispuesto, y con la posterior aparición y ayuda de pacos motoritas. Nosotras éramos 5, ellos nos triplicaban; todos de la 2da comisaría (de la calle Colón).

Esta situación en pos de la reflexión acerca de la(s) corporalidad(es) puede relacionarse desde muchas perspectivas, ya que deviene directamente de la discusión político-institucional que inciden en las prácticas sexuales de las personas que no pueden acceder a la salud privada, y también acerca de métodos anticonceptivos para mujeres; Tiene que ver con el cuerpo, puesto que es a través de nuestra corporalidad donde recibimos la opresión ejercida mediante esas discusiones y disposiciones del Estado: ya sea en el acceso gratuito a la píldora del día después, como en el cuerpo como receptor de la violencia policial.

Ese escenario de discusiones ideológicas, morales, de disposiciones de cumplimiento de ley – que son cuestiones intangibles- se materializan en nuestros cuerpos.

En el caso de la detención que relaté mas arriba, lo que mas me violentaba no eran los golpes en sí mismos, sino sentir que en ese momento nuestro(s) cuerpo(s) les pertenecía a ellos, pues tenían la facultad de hacer lo que quisieran conmigo y luego, de manera simple, dar la versión que a ellos les conviniese. Que tuvieran la facultad de revisar, tocar, encerrar el cuerpo que se supone me pertenece la mayoría del tiempo y que puedo hacer con él lo que me venga en gana…

A partir de estas reflexiones cabe preguntarnos... el cuerpo, me pertenece? ¿Sólo a mi? ¿A los demás también? ¿Puedo decidir a quién mas puede pertenecer mi cuerpo?

Es decir, creo con el cuerpo sucede así: casi nunca puede ser solo tuyo. La mayor parte del tiempo pertenece a las normas culturales, que te indican implícita o explícitamente como debes traerlo y llevarlo en el cotidiano. También le pertenece a las leyes, que mediante sus funcionarios, delimitarán, por ejemplo, dónde puedes andar desnuda, tener sexo, hacer caca, o mediante cual forma puedes drogarte. Y además, como señalaba antes, puedes pertenecerle a otras personas (o animales u otros) con las tú has decidido “poner el cuerpo”.

Un cuerpo de cinco cuerpos

Antes de la detención y debido a la presencia policial, habíamos decidido con las demás chicas, tomarnos de los brazos y no soltarnos, formando un pequeñito círculo donde quedábamos de frente, pudiendo así oponer resistencia si es que nos querían llevar (cosa que ya nos había resultado, evitando anteriormente que dos policías nos llevaran). Así lo hicimos, por eso pudimos resistirnos alrededor de 15 minutos. En ese acto, lo que hicimos fue hacer un solo cuerpo: un cuerpo de cinco cuerpos. Deshacer ese cuerpo, significaba entregarnos. Deshacer ese cuerpo de cinco personas era más complicado que redimir el cuerpo de una persona. Lo que hicimos pues, fue decidir que el cuerpo de una, perteneciera a las otras.

El cuerpo de cinco cuerpos que formamos con las chicas, surgió como forma de resistencia física, pero luego cuando conversamos lo que habíamos sentido al respecto, me di cuenta que significaba mucho mas que eso, en cuanto a nuestra unión y afectividad, es decir, al construir un solo cuerpo con nuestros cuerpos, nos quisimos mas, confiamos mas, estuvimos mas cerca.

La idea de una pertenencia colectiva que podemos hacer con nuestros cuerpos nos hace más fuertes, rompe con las lógicas de individualismo y nos llama a organizarnos, a entremezclarnos, a poner los cuerpos. No quiere decir esto, tener un amor ciego por toda la humanidad, por el contrario, es poner el cuerpo con quienes se construye desde la confianza. Con quienes estamos del otro lado. Yo no puedo kerer toda la humanidad, así tal komo es, con su capitalismo, torturadores, milicos, sexismo, homofobia. No puedo sentirme parte de un mundo que no es ni para mí, ni para la gente kon la que de una u otra forma me identifico. No kiero un mundo para todxs, no todxs se merecen el mundo ke yo kiero.

Hermostra

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