Tantas cosas se nos suceden día tras día, nuestras vidas se entremezclan entre todas las cuestiones del pasar cotidiano y el acontecer del mundo…
Hace un par de días se conmemoraba un nuevo 11 de septiembre. Desde ese 1973 ya son 36 años pasando por esta tierra un montón de dolores y luchas. Experiencias como las que vivieron muchas personas en dictadura, trascienden a la individualidad de cada persona y se van incrustando en la vivencia de todas las demás personas con las que las han compartido, contado o expresado de cualquier forma aunque no sea verbal.
En este 2009 como en años anteriores, asco nos provocan la Concertación con sus conmemoraciones y esos postulados de reconciliación nacional que son una gran risotada, así también la lectura de los medios de comunicación masivos de plantear la democracia actual como un momento histórico aislado de lo fue la dictadura.
Celebración del 18 con sus discursos y propagandas alentando el sentimiento chilenista, que bien funciona invisibilizar esta violencia legalizada de que un@s tengan mas que otr@s, de que siempre haya otr@ mas “apto” que nosotr@s para decidir lo que puedes o no hacer con tu vida, con tu cuerpo, con tus luchas. Y mas se ve alentada esta onda, con la funcia del Bicentenario, que harto promete de llenar espacios de orgullo chilenista… Qué palabras siempre vigentes las de la Violeta cuando dice el pueblo amando la patria y tan mal correspondido… eso es lo que pasa en esta tierra tan llena de cicatrices, tantas como en los países vecinos, tantas como Latinoamérica sabe. Esas cicatrices y las heridas aún abiertas, son la historia que llevamos tantas personas en la mente y en la piel, no esa historia parca y alejada que se escribe como oficial.
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