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jueves, 3 de febrero de 2011

Funa por Violación en Valpo

Ha pasado poko más de un año desde Camila fue violada por Alejandro Palacios, fotografiada por José Miguel Camus y con la presencia kómplice de Romina Olmos, pareja de Camus.

La manera en que en que estxs sujetxs cometieron esta agresión, muestra que actúan de forma organizada, ya que Camila fue dormida mediante una sustancia puesta en su trago, sin embargo alcanzó a despertar mientras estaba siendo ultrajada.

En aquel entonces y hasta la actualidad Palacios y Camus se desempeñan como meseros en el bar “Canción de la Trova” -ubicado en calle Cumming #45 de Valparaíso- y cuentan con el sucio respaldo de los dueños de aquel local y con la complicidad de una cultura heteromachista que justifica la violencia sexista con argumentos que kulpabilizan a Camila por lo sucedido.

A pesar de haber denunciado judicialmente y contar con pruebas (incluso fotográficas), el hecho ha quedado impune. El fiscal Pablo Gómez – que en la actualidad ha sido nombrado Fiscal Regional de Valpo- decidió no perseverar en la causa, ya que según su (des)criterio las pruebas no verificarían esta agresión sexual. Es necesario precisar además, que Camus cuenta kon previos antecedentes (2005) por abusos sexuales contra una niña de 8 años.


Debido a la injusticia y continua violencia simbólica e institucional que se suma a los hechos denunciados por esta mujer de 20 años, el pasado jueves 27 de Enero, se realizó una funa en las afueras de la Fiscalía de Valparaíso, donde participaron diversas organizaciones de la región, principalmente de mujeres y feministas, tanto para repudiar a los agresores y agresora, komo para manifestar el apoyo a Camila en este proceso, que tal como ella lo ha expresado ha sido tedioso y en el cual ha tenido que bancarse una victimización secundaria por parte de la institucionalidad.


Al preguntarle a Camila qué le impulsa a hacer pública su denuncia y dar su testimonio, ella nos responde que es porque cree firmemente que “la violencia contra las mujeres no puede seguir, nosotras necesitamos justicia, necesitamos reivindicación, y hay violencia de Estado y violencia de género y políticas sexistas que propician a que esto no suceda, que propicia que nosotras guardemos silencio, pero eso no debe seguir, no debe permanecer, entonces nosotras vamos a seguir a el final, mi familia me apoya, y yo quiero justicia”...

Es necesario seguir funando a estxs tipxs -a kienes no nos interesa llamarles delincuentes, porque no nos gusta el lenguaje del poder oficial-, mediante distintos medios y distintas maneras de ver esta situación, ya que es inimaginable el daño que han causado, todxs lxs involukradxs en este hecho, ya que la ayuda para llevar a kabo una violación, así komo enkubrirla, son también actos de agresión en muchos sentidos, no sólo sexual.


La funa es necesaria como modo de denuncia social, pero además para prevenir a más personas, no olvidemos que trabajan en el bar La Trova, que es bastante koncurrido y konocido en Valparaíso. En el sitio facebook se había creado un grupo que buscaba informar y denunciar a este local, se había llamado “Yo no voy al Trova”, sin embargo fue censurado. Apesar de ello, el llamado de las personad que están apoyando a Camila, es a no concurrir a este bar, ya que respalda a estos indeseables sujetos.

En los días posteriores a la funa –donde se ha hecho un tanto más público este kaso de violación- han circulado a través de redes de internet, algunos testimonios e información ligada a la actitud indiferente y déspota del Fiscal, ke parece ser rekurrente en casos de violencia y abuso sexual.


Solidarizamos con Camila y decimos que en esta okasión no sólo estamos kon ella, sino también con todas nuestras hermanxs, amigxs, madres, abuelas, hijxs, que han sido violentadas sexualmente, sabemos que ello está entrelazado a otros muchos tipos de violencia social, en relaciones de poder arraigadas y manifiestas cercana y cotidianamente. Sabemos que no son pocas, que somos muchas las que llevamos esos dolores tatuados en nuestros kuerpos. Es por esa reiterativa y askerosa herencia, ke politizamos la crítica hacia la violencia sexual, ya ke se hace manifiesta a través de relaciones de poder y de opresión. Hacemos además un llamamiento a pensar la polítika desde el kuerpo.

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