Por Los Cuerpos Disidentes

Muchas veces he sentido que hay ciertos cuerpos que no caben en esta sociedad, existen distintos dispositivos que controlan nuestros cuerpos y en gran medida nuestra subjetividad. Nos enseñan la culpa, la maldita culpa que mueve la mayoría de nuestros actos, nos crían con poca libertad de imaginar si quiera una salida a todo esto. Estos dispositivos de control social, llámese cualquier regla de conducta que tengamos que seguir para ser normales, por ejemplo ser heterosexuales, o para las mujeres el ser madre, para los hombres ser proveedores de un hogar, dispositivos que dicen que las drogas son malas, que hay que obedecer, etc, etc.

De esta manera el cuerpo y la conciencia van construyéndose a favor de un sistema que nos domina y nos oprime. Hay grandes masas que están en esta carrera hacia el éxito o al fracaso sistémico. Pero cuando se habla de una curva de normalidad, de una campana de gauss, hay extremos que son menores, pero existen, por tato existen cuerpos disidentes, cuerpos que no caben en este sistema, tanto en subjetividad como cuerpos, no se si llamarlos libres, pero si con mas opciones de elegir.

Estas letras son como un reconocimiento a aquellos y aquellas a quienes el cuerpo se les aprieta constantemente con reglas, cuerpos que refalan a las reglas, cuerpos cuya subjetividad se ve atacada diariamente por una trama social y simbólica que hace sentir a nuestro ser constreñido en reglas y tabúes, estas letras van dirigidas a aquellxs que el deseo de su afecto es del mismo sexo, a los marihuaneros, a las chicas que abortan sus bebes ya sea por razones económicas o personales y lo hacen sin culpa sabiendo que lo que decidan pasa por su cuerpo y no por la moral ética cristiana, por aquellxs que no quieren trabajar, para los que este 11 de septiembre saldrán a las calles a recordar, a gritar, a llorar las rabias de un gobierno incompetente que se dio la mano con la dictadura en la transición, por los mapuches y su lucha dura y larga contra los allanamientos de los pacos que la prensa muy bien ha sabido construir la imagen de enemigo, por los pingüinos que salen a las calles, por las mujeres que quieren la pastilla del día después, por los inmigrantes por que ninguna persona debería ser ilegal, por las y los discapacitados, por las madres que no quisieron ser madres, por los padres que no quieren ser padres, por las personas que pudieron sacarse de la cabeza y de las practicas el sistema patriarcal dominante y día a día pueden visibilizar las injusticias, por aquellos y aquellas que no conocemos cuyas luchas son silenciosas, por los luchadores sociales, poblacionales, por los educadores populares, por los autonomistas, por los pescadores. En fin este pequeño escrito es para todos y todas aquellas que les molestan como una piedra en el zapato el gobierno y sus reglas, el mundo y sus guerras, el neoliberalismo asqueroso que se sustenta en la desigualdad social. No somos pocos, no somos pocas, somos lo suficientes como para poder vivir en los márgenes en la construcción de un microsistema mas libre, mas justo e inclusivo.